24 jul 2014
Apuntes sobre Kiss Me Again de Dinosaur
Nicky Siano |
Russell controla cada detalle e intenta imponer su estilo. "Arthur was a very talented musician and his arrangements were very intrincate, so the musicians respected him. But they were also a little bit like "Why do you want to do that there?" Arthur was like, "No, no, no, it'll work, it'll work! It's very good! He had to convince a couple of people that that was the way to do it" apunta Siano en el libro Hold On To Your Dreams (2009). El de Brooklyn alterna entonces su residencia en Studio 54 con apariciones en The Gallery y pequeños clubs de NY. Cuando Russell propone a Siano trabajar en "Kiss Me Again", éste todavía no ha escuchado ni una nota de la música de Russell. Tampoco ha producido nada. De hecho se especula con si fue o no Nicky Siano el primer DJ de la historia que dio el salto al estudio de grabación. Siano acepta la oferta. Será también el primero que pruebe el single en vivo. "For ages, I was playing two two-track, quarter-inch tapes of it at the Gallery, and it was getting really enormous reaction. Then the Gallery closed, and I started playing at Buttermilk Bottom. That’s when the 12-inch came out.” Seeing people dance to his music was a new experience for Russell." (1)
Para las vocales Russell contrató a Miriam Valle, cantante latina proveniente de la banda Desmond Child & Rouge. Cuando se rompen las cuerdas en el 3:40", Valle y Owens suben en un espacio temporal de 24 golpes un tono sus notas. Es un momento importante de la canción, también el climax más claro de los 13 minutos: "Oh baby, is this the woman I want to be? The door is unlocked, the windows are open, every time the place looks best for me. I said, kiss me, kiss me, kiss me again, kiss me again, again and again and again." Reconozco que la primera vez que escuché esta parte anduve con un nudo en la garganta durante un rato largo. De repente se ha puesto el sol aunque solo se trate de un pequeño eclipse. Contemplamos unos segundos. Se abre un nuevo amanecer enfrente nuestro.
El percusionista Sammy Figueroa nos guía entonces hacia otro tramo alucinante. Se trata de un pequeño parón que sirve de punto de partida para resituarnos (4:50"). ¿Qué ha pasado? Como un coche al que se le ha acabado la gasolina pero que por inercia baja cuesta abajo, Russell vuelve a hacer progresar lentamente la estructura: precedido de varios redobles más, su cello colorea las transiciones vocales. Valle se desdobla en dos y hasta tres capas, a pesar de estar superpuestas un buen rato los espacios son permeables. En una de ellas arrea con "You tell me, you loved me, it gives me the door. You left me, you hurt me, i found that you should know..." 6:50: "visions of you, visions of you, visions of you... is this real?", estamos otra vez sin respiración. La paciencia con la que Russell ensambla estos tramos es fascinante. No hay estribillos, la estructura se retuerce, son paisajes imaginativos construidos sobre una narración que transita por la delicadeza, habita en el misterio y se comprime en la emoción. "Oh baby, oh baby, here we are again." El oyente espera la catarsis de un momento a otro. Nunca llegará. Russell y Valle nos dan a cambio una retahíla de ideas que convierten este tramo en una catarata emocional. "Am I a woman or a toy?" espeta Valle. Esperamos ir a un sitio, pero nos conducen a otro. Nos despistamos unos instantes y estamos enmarañados en Fear Of Music. Otro drum break y "Oh baby, oh baby, I want to know if this is the woman you want me to be..." Minuto 8:58", parón en seco. Poco a poco el carraspeo de guitarra de David Byrne va colocándose en un lugar destacado. Ahora sí nos quedamos sin aire. Se sabe que Byrne participó en la gestación del 12", aunque nunca sería acreditado. Extraña porque tanto Russell como Talking Heads grababan entonces para el mismo sello. Un tiempo atrás Byrne había ofrecido a Russell ser miembro de Talking Heads. Además de una negativa, de esos flirteos salió esto.
Arthur Russell descansando en mitad de unos ensayos. Foto de Tom Lee. |
Los minutos que van del 9 al 13 son coto particular del autor de "How Music Works". Su manejo de la guitarra, más cerca del funk africano que de la tradición blanca, se aliena con los vidriosos violines de Henry Flint. Los altavoces ya escupen sangre. Pienso en !!!. "Tell me baby, but first kiss me. Kiss me baby, oh please! Tell me is this what you want me to be? I wanna know! Tell me!" exige ya Valle. Cuando suelta "Is this the woman I want to be? Tell me... is this what I want to be?" su voz se pulveriza en un nubarrón de ruido trasero. Byrne exprime entonces con todas las fuerzas su guitarra, sonando tan urgente como necesaria. Tenemos ganas de tirar esa puerta abajo. El último minuto es de una tensión más propia del hardcore que de cualquier engendro que haya dado nunca la música disco. La canción termina en seco. ¿Qué pasó con ella?
Cuando leí por primera vez la biografía de Arthur Russell siempre me llamó la atención la aceptación que "Kiss Me Again" tuvo en las pistas de baile. Según Steve d'Aquisto"Arthur would give me tapes, pieces of "Kiss Me Again". I went to Studio 54, and it was like 10.30 in the evening, there were just a few people in the place. I said to the DJ, a friend, "Would you play this, I think it's just fabulous" and they played this 12 minute tape of "Kiss Me Again" and the place flipped and danced for the entire bit." (2) A pesar de deslumbrar por todas partes, la pieza contiene demasiados giros y tonalidades para ser considerada un llenapistas. Lo fue.
"Kiss Me Again" se publicó el 15 de noviembre de 1978 y significó la primera incursión de Sire en el disco. Se vendieron 200.000 copias. Durante sus años de romance con el género, que empiezan en este justo momento y pasan por Loose Joints (1980), Dinosaur L (1981) o Felix (1984), Arthur Russell no tuvo en ningún momento la más mínima intención de reproducir ninguno de los patrones que sometían el género, entonces en su pico más alto de popularidad. Se trata de un auténtico viaje a las profundidades de las emociones en un contexto inusualmente experimental y altamente creativo, donde se manejan igual de bien los tiempos como las expectativas del que escucha. Oímos al principio a una mujer buscando -supuestamente- a un hombre. Quiere estar a toda costa con él. En uno de esos parones se escucha "are these visions real?" y empiezan las dudas. ¿Habla de un hombre o habla de algún tipo de dios? Mientras ella nos pone en la pista de las visiones, Arthur va convirtiendo la estructura en más y más imprevisible. A pesar de todo lo bueno que se pueda decir, el de Iowa no la tuvo nunca en demasiada estima: "Arthur was miserable and wasn't surprised when it didn't work. He said it wasn't very good. He was totally not interested." (3) Ese gran nivel de exigencia es lo que hace que alguien traspase la línea que divide la simple profesionalidad de la genialidad.
Referencias
(1), (1.1) Nicky Siano en una entrevista de Stuart Aitken para el número 23 de Wax Poetics, junio 2007.
(2) Declaraciones de Steve d'Aquisto en Faith Magazine
(3) Declaraciones de Donald Murk en Hold On To Your Dreams (Duke Press Books, 2009)
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No uso sombrero ni gorra pero, de usarlos, me los quitaría. Plas, plas
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