10 ago 2012

Ese verano en el que Kenny Dope se cargó el eurodance


Durante mi estancia en Escandinavia, una canción martilleaba mi cabeza (gracias a Basso radio) día sí día también. Cuando 'The Bomb' asaltó las radios europeas en la primavera de 1995 yo tenía 19 años. Lo cierto es que por entonces para mi no era más que una canción dance más de FM.

Enmarañada dentro de todo el house que por entonces entraba en España, costaba distinguir sus bondades, que son muchas. Ese año visitaría por primera vez Sónar y descubriría todo un universo de sabores, una paleta de colores que cambiaría mi manera de ver las cosas para siempre. Pero 'The Bomb' ya estaba ahí. Antes. Kenny Dope siempre está antes.

Apoyada en su ritmo tribal desacomplejado, su progresión house te dejaba loco justo cuando ese sampler de Chicago entraba con aquella vocecita que decía "these sounds fall into my mind", originalmente "street sounds swirling through my mind". Es un sampler que se te queda grabado a fuego. Años después, ya más cerca de la cuarentena que de la treintena, podría decir que ese fue el primer éxito house de calidad que realmente se filtró de manera masiva en este país. Si alguien recuerda alguno más, ruego utilice la comment box inferior. Por supuesto en muchos más. En UK llegó al número 5 de las listas de éxitos.



Bien mirado, 'The Bomb', supuso un punto y aparte en la ya saturada fórmula del dance español, más pendiente por sacudirse todavía la resaca de Valencia y dar cabida al eurodance ramplón que de avanzar en una dirección válida. Dice la leyenda que, conduciendo de Manhattan a Brooklyn y con la radio puesta en el coche, Kenny "Dope" se da cuenta de lo espantoso que es todo lo que suena en las emisoras comerciales (la localización entiendo que sólo añade caché al asunto). En ese instante decide crear The Bucketheads. A toro pasado, 17 años no son poca cosa, es fácil hacer un análisis de la canción y quedarse con lo evidente: es una canción de perfil comercial. En su momento tenía mucho sentido.



Limpiar los derechos y dejar el track listo para la radio le costó al miembro de Masters At Work treinta mil dólares. Entonces todavía se pagaban cantidades astronómicas por este tipo de cosas. Es decir: había compañías que se atrevían a pedir ese dineral para que otras sin rechistar lo pagaran. Una barbaridad que a día de hoy sólo sigue ocurriendo en el encorsetado mundo del pop/rock, pero ya erradicado casi por completo de la música dance. Darse una vuelta por las radios piratas o los soundclouds da la medida de lo descabellado que suena esto ahora. The Bucketheads grabarían un largo ('All In My Mind') y desaparecerían del mapa.

En 2012, 'The Bomb' sigue siendo un guilty pleasure para muchos de mis amigos y coetáneos. En mi caso, tras muchos años sin acordarme de ella, ha llegado el momento de reivindicarla: ahora sí tengo claro que "estos sonidos se quedarán en mi cabeza."