29 jul 2013

Larry Levan y el Paradise Garage en boca de los DJs


Larry Levan, el cual murió seis años atrás, sigue considerado uno de los DJ's más influyentes de la historia. En su pico de popularidad en el legendario Paradise Garage era lo más parecido a un Dios para las 2000 personas que iban a verle cada día, el creador de la técnica y los trucos que propulsaron el arte de pinchar a lo que hoy es. Kevin Lewis traza su historia y habla con la gente detrás del club. Todos los que sois DJ's y promotores: ¡a tomar nota!

Es hablar con cualquier productor lo suficientemente viejo como para haber estado en el Paradise Garage en su momento y escuchar como juran y perjuran que nunca hubo y nunca habrá algo como eso. Pregúntenle a cualquiera. Desde Danny Tenaglia a Dave Morales, todos le dirán lo mismo. El Paradise Garage era único. Su DJ residente, Larry Levan, era posiblemente el mejor DJ que ha estado jamás detrás de unos platos.

Desde su apertura en junio de 1977 hasta su última fiesta en otoño de 1987, el Paradise Garage fue el foco de la escena de clubes de Nueva York. El sitio donde artistas como D-Train y Loleatta Holloway querían ir a actuar. Y el sitio que gente como Mick Jagger, Stevie Wonder, Diana Ross, Grace Jones y Keith Haring elegían para salir. Era el campo de pruebas para sellos como West End, Salsoul y productores como Francois Kevorkian o el mismo Levan. Era todo esto y mucho más. Para los 2.000 habituales, Larry Levan era como Dios. Incluso etiquetaron las noches en el Garage como la "misa de los sábados." Levan hizo cosas con los vinilos que nadie más pudo o supo hacer. Contaba una historia con su música. Algunas veces volviendo a la gente loca para, minutos después, hacerlos parar para que rompieran a llorar. No había y no hay DJ como él. Un genio talentoso, tanto tras los platos como en el estudio. Hizo del Paradise Garage  la leyenda que ahora es.

"Él fue la inspiración máxima para todos los DJ's importantes en Nueva York hoy en día", dice Mel Cheren, propietario del totémico sello disco West End Records y uno de los responsables de que Levan fuera quien fue. En palabras de Judy Weinstein, directora de Def Mix: "Gente como Junior Vasquez, Frankie Knuckles y David Morales se convirtieron en DJ's por culpa de Larry. Era un tipo brillante. Un genio de verdad. Era y sigue siendo el mejor."

Larry Levan y Grace Jones. Foto: Tina Paul
Keith Haring en el paraíso
Madonna en el Garage cantando Dress You Up
Seis años después de su muerte, Levan y el Garage siguen estando en la cima del mundo de los clubes. El productor y DJ habitual del Garage, Francois Kevorkian, apunta: "la razón por la cual es tan importante es porque todo el mundo, incluidas las madres, estaban ahí cada fin de semana para comprobarlo. Era descaradamente superior a cualquier cosa que estaba pasando paralelamente. Tienes el mejor soundsystem de la ciudad, el DJ más talentoso que puedas imaginarte con vinilos que nadie más podía tener. Tenía cosas que él mismo hacía y cosas que los demás preparaban exclusivamente para él."

Y al final era mucho más que eso. Levan estaba obsesionado con la perfección. Se tiraba horas recolocando los altavoces del club hasta que el sonido fuera el ideal. A la semana siguiente volvía a cambiar la colocación para que la gente no se aburriera. "Técnicamente era un mago", dice Weinstein, el cual conoció a Levan mientras trabajaba para Dave Mancuso en una oficina de distribución de promo en NY. "Ayudó a Richard Long a crear el soundsystem para el Garage. Larry le decía a Richard lo que quería y si Richard le decía que no podía ser, Larry insistía hasta que se inventara para él. Siempre encontraba la forma de que las cosas se movieran hacia adelante."

David Depino, el mejor amigo y el DJ que siempre le hacía los warm-ups, se acuerda de su perfeccionismo a otros niveles: "Nunca quiso quedarse caducado, nunca quiso que la gente se acomodara, siempre decía: "La gente no vendrá. Tienen que darse cuenta que mañana será distinto" Y así fue. La gente nunca estuvo en un sitio acomodado. Vi noches donde todo el mundo iba de culo para que saliera todo a la perfección. Era la una en punto y podías ver a Larry atravesando la pista de baile corriendo para limpiar las seis bolas de espejos con sus manos. Se acababa el disco que sonaba y la gente seguía esperando. Ni un solo abucheo, nada de ruido, solo esperar. Cuando acabó, subió rápidamente a la cabina, puso el siguiente disco y la gente se volvió loca. Les encantaba eso. El hecho es que a pesar de que él era el DJ, se podía tirar media hora limpiando las bolas de espejos."

Una de las bolas de espejos del Paradise Garage
Produjo su música con una pasión similar. Hubo un tiempo en el que, semana tras semana, testaba nuevas versiones de canciones sólo para la gente del Garage. Algunos de esos discos tardaron cerca de un año en estar terminados. Su pasión le llevó a pinchar a tres platos con el fin de desarrollar efectos que aplicar a sus edits mientras mezclaba. Inventó, ahora un lugar común, el truco del acapella mezclado encima de una base. La comunicación con la pista de baile era su principal motivación. Su mensaje era amor, esperanza, libertad y amistad universal. Las canciones eran su diálogo con el público. Era incluso capaz de dejar espacios en ciertas partes de la noche. Así pues, si pinchaba tres canciones seguidas que trataban sobre música, la siguiente era sobre libertad, haciendo una pequeña pausa para soltar un efecto.

La presentación musical y el entretenimiento de su público era primordial. Usaba videoclips en una gran pantalla para acentuar la importancia de ciertos discos y, conforme la noche avanzaba, actualizaba sus platos con cambios de aguja para mejorar la experiencia. "Construía sesiones con historias que iban de un lado a otro", dice Kevorkian. "No estoy diciendo que sólo pinchara canciones con vocales, pero había un concepto que él mismo estudió, desarrolló y practicó. Se las apañó para utilizar canciones de verdad, cuando digo canciones de verdad quiero decir eso: canciones con una voz inspiradora, no canciones con sampleados cutres repetidos 175 veces que te hacen sentir idiota. Canciones con letras de verdad. Él utilizaba esas letras para hablar con la gente. Era muy habitual para la gente en la pista de baile sentir como si te estuviera hablando a través de los discos. Y era un camino de dos vías, no sólo el del DJ diciéndote "estas son las leyes", o la gente diciendo "nosotros sólo escuchamos esto", había una energía mental articulada fluyendo de un lado a otro. Creo que él era el único que podía hacer que ese engranaje funcionara."

Esa habilidad para hablar hacia la pista de baile fue una de las principales razones por las cuales Levan sigue siendo reverenciado a día de hoy. Generó algo especial las horas que iban entre la apertura los sábados por la noche hasta que el club cerraba el domingo por la tarde, algo que hizo que la gente acudiera cada sábado religiosamente semana tras semana.

"Había entre 1000 y 1200 personas bailando en comunidad cada sábado", continua Kevorkian, "compartiendo sus energías juntos con la música. Cantando las canciones y moviendo los labios en cada estrofa. Hoy en día veo 1200 personas en la pista y cada una está metida dentro de su pequeño espacio mental, aislados de los demás la mayor parte del tiempo. A veces los clubes se animan, pero nunca al nivel del Garage. Siento decir esto, pero si no lo has visto, no lo puedes entender. Es como si me dijeras que has visto una bicicleta y yo te dijera que he visto carreras de coches y cohetes. Es un mundo totalmente distinto." "Si había 2000 personas cada sábado por la noche" añade Depino, "al menos 1000 se conocían entre ellos de nombre. Siempre era lo mismo, año tras año."

Sin embargo, la cosa que hizo realmente distinto a Levan del resto de DJ's y que sigue haciéndole a día de hoy especial fue que la gente lo quería. No como una figura heroica. Amaban el Levan persona. Les fascinaba que parara la música media hora para ponerse a limpiar las bolas de espejos. Amaban que las noches en las cuales sólo era obligatorio entrar con el carnet de socio, cuando Michael Brody, el propietario, hacía entrevistas a los que querían sacarse el carnet, Levan abría la puerta trasera y dejaba pasar a la cola y pinchaba los discos de la semana para ellos. Amaban el hecho de que cuando Levan ponía un disco podían ir corriendo a la pista y unirse a la fiesta. Amaban que su pasión por la fiesta fuera total y absoluta y que, a veces, se volviera completamente loco.



"Un día el propietario del club hizo un brainstorming", recuerda Weinstein: "trató de hacer del espacio un club gay exclusivamente para blancos. Para ello apartó a Larry tres semanas del Garage. Éste se quedó alucinado. Lo siguiente fue ver a Larry mordiéndole la pierna, no es broma. Fue un momento bastante traumático. Al poco las noches volvieron a ser de Larry. Imagino que Brody no quería ser mordido otra vez."

Harvey, el residente de Ministry Of Sound cuando Levan pinchó allí en 1991 recuerda un tono de locura similar: "un día Larry vino a mi casa dando saltos. Solía hacer eso cuando estaba contento: gritaba, sonreía y brincaba. "Lo tengo. Lo encontré. Es este, Harvey. Tienes que venir conmigo. He encontrado esta tienda: tienen la mejor ropa de esta ciudad. ¿Vendrás conmigo a verla?" Así que salimos y enfilamos dirección Croydon, hacia una tienda con un rótulo que rezaba "Todo por menos de 20$." Compró la mitad de la tienda para llevarse el material a NY. Compró cosas como tejanos desgastados con piedra, grises por detrás, y rojos por delante y chaquetas con tachuelas en los hombros. Estaba en la luna, a mí me pareció muy divertido."

Como sala, el Paradise Garage era un sitio impresionante. Un parking reformado situado en el 84 de King Street en el área del Soho, en Manhattan, con sala de cine, vestuarios y ropero, dos espacios para relajarse (uno de ellos sin música) y una terraza-jardín que abría en verano. La capacidad máxima era de 4000 personas. Construir la sala llevó bastantes meses, desde enero del 77 hasta que abrió a pleno rendimiento hacia finales del 78. Levan y Michael Brody vivieron durante ese tiempo en el Garage. Sea como fuere, lo que hizo del Garage algo fuera de lo común fue la forma en la que se gestionó. Desde el principio nunca fue tomado como un negocio al uso. La cosa iba de bailar. Simple y llanamente. Eso es lo que lo convirtió en algo realmente exitoso.

Michael Brody
"Esto no era como los clubes manejados por promotores de mente estrecha que vemos hoy en día", explica Kevorkian. "Esto era acerca de alguien que dijo: "le doy este dinero a esta gente. Déjales hacer lo que yo creo que pueden hacer porque sin duda tienen ese talento y vamos a ver qué hacen con ello." Eso es lo que hizo Mel Cheren. No había nadie dentro pensando "¿cómo puedo ahorrarme dinero? ¿Cómo puedo atraer a más gente? ¿Cómo lo hago para vender más bebidas? Era un verdadero club privado. En otras palabras: si no tenías el carnet de socio no podías entrar. Nos importa un pimiento si tienes dinero. No vengas, esto es un club privado. Una 'house party'. Es una 'house party' con 2000 personas, sí. La casa es grande."

Desde el día que abrió hasta el día que cerró, el Garage siguió esa máxima. Era una fiesta. Y el sentido de esa fiesta era bailar. Había allí el mejor soundsystem que el dinero podía comprar. El mejor equipo de luces para disfrutar de la experiencia de bailar, no para asistir a un espectáculo de flashes. Había comida gratis: diez tipos de sabores distintos de helado de limón y todo tipo de fruta en verano, brownies recién hechas y donuts en invierno. El café y las bebidas refrescantes eran también gratuitas. Porque si vas a estar bailando 12 horas seguidas necesitarás cargar las pilas en algún momento. El día de acción de gracias y el de Navidad se servía pavo asado con todo detalle. No había alcohol. Si le preguntas a Kevorkian te dirá, "eso no era de lo que iba la cosa."

Sin embargo, el tema de las drogas es harina de otro costal: "seguro que había chicos que tomaron drogas", afirma Depino de forma sincera. "También había muchos que no tomaban." A pesar de todo, al principio del Garage se hacían cosas como añadir alcohol al ponche, aunque la cosa sólo duraría tres o cuatro años. El Garage se convirtió en algo demasiado grande como para hacerlo durante mucho tiempo. En cuanto la sala se empezó a llenar (3000 personas o más) había demasiados riesgos, nadie estar pendiente de eso.

Levan & Kevorkian
Pero el Garage era eso y mucho más. Hubo un tiempo en el que Michael Brody se pudo gastar 20000 dólares en un concierto de Patty Labelle. Hubo muchas más actuaciones: Chaka Khan, Gloria Gaynor, The Jones Girls o Billy Ocean. Entonces no se trataba solo de tener en el escenario a un cantante guapo con un DAT detrás, los artistas venían con una banda de 5 personas. No se trataba de contratar un gran nombre y un DJ y esperar a que los billetes llegaran. "Había algunos DJ's invitados", comenta Kevorkian. "Afortunadamente, yo tuve la suficiente suerte como para ser uno de ellos hasta que dejé de pinchar en 1983, pero no hubo grandes pagos de cachés. Sólo se trataba de gente de la casa que fue poco a poco creciendo internacionalmente gracias a que Larry estaba produciendo todos aquellos increíbles discos. No hay más."

Cuando el Garage se convirtió en un fenómeno, la gente empezó a venir de todas partes del mundo. A pesar de la popularidad la sala nunca se explotó comercialmente. "Nunca se intentó de forma descarada", añade Kevorkian. "No hubo anuncios de discos recopilatorios en la prensa ni cosas de esa naturaleza porque eso iba contra la idiosincrasia del club, que quería seguir actuando como si fuera una house party."

"Éramos muy amigos de Frankie Crocker (el programador en la famosísima emisora de música disco WBLS). Hubiéramos podido sacar tajada aprovechando eso, pero no lo hicimos." comenta Depino. De hecho le decíamos: "Frankie, no hables demasiado del club por favor. No quiero que la gente se acerque porque lo han escuchado por la radio." Es complicado imaginarse algo así hoy en día. Imagínense el Cream sin las pegatinas de coche y las chaquetas bomber. O el Ministry Of Sound sin "Dance Nation.""No hay ni por asomo nada como el Garage", prosigue Kevorkian, "sólo operaciones comerciales donde todo está preparado para ganar dinero. Sirves alcohol durante un cierto período de tiempo y echas a la gente. Recuerdo estar pinchando en el Bar Rhumba y tener a los de seguridad enfadados porque los clientes querían más música, su actitud era "no estamos ganando dinero, así que esto se tiene que acabar." Esto no era de lo que iba el Garage. Hay que entender lo básico."

La cabina del Garage
"Todos los que trabajaban ahí, desde el chico que barría el suelo hasta el responsable de la sala era gente que de verdad entendían de qué se trataba. Puedo explicar que los de seguridad quieren cobrar y que la fiesta tiene que terminar en algún momento porque la gente tiene otras cosas que hacer, pero cuando se trata de ese tipo de atmósferas nunca vas a entender de qué iba el Paradise Garage." Uno se podía tirar ahí dentro desde que llegaba hasta que se iba la última persona, así que a veces la cosa podía acabar a las 10, las 11 o las 12, nunca se sabía. Y claro, que esto ocurra durante meses, años, te permite desarrollar el concepto, la filosofía, la actitud, una forma de ver las cosas. "Para entender esto tienes que ver que no hay nada igual ahora. Y si lo hay, ¿dónde está? Dime un sitio donde la gente hace lo que le viene en gana y está en todo momento bajo control. Dime uno. Un sitio donde el DJ se ocupa de la música, donde decide quién pincha. Si él pincha la noche entera no pasa nada. Si un día no se encuentra bien llama a un amigo y le sustituye. Un sitio que pueda estar abierto las horas que quiera. Un sitio donde no se sirve alcohol y en el cual el dueño está en la pista bailando. Por favor, dame un sitio como ese."

Por increíble que fuera el Garage, tuvo que cerrar. El dueño, Michael Brody, tenía los anticuerpos. Falleció el 26 de septiembre de 1987. Esa noche, Levan cerró su sesión con ‘Where Do We Go From Here?' de The Trammps. Fue el fin de una era. Para gente como Mel Cheren significó que todos los chicos que iban al Garage y que habían sido clientes, terminaran fumando crack en las calles de NY. Nadie pudo nunca más echar su estrés fuera en la pista del Garage, donde la raza, la salud, el color o las preferencias sexuales no significaban nada. El baile, que significaba el todo, tuvo que parar.

Para Levan parece que el final del Garage marcó un antes y un después en su vida. Su adicción a la heroína y la cocaína le empezó a pasar factura. Los sellos fueron perdiendo el interés y los propietarios de los clubes no le llamaron por su fama de persona revoltosa. Levan era un rey sin su corona y, a pesar de que sabía que su condición cardíaca era delicada desde niño, siguió tomando drogas. El 8 de noviembre de 1992 Levan falleció debido a una endocarditis, una inflamación del endocardio agudizada tiempo atrás por la excesiva ingesta de drogas. "La gente debería acordarse de las cosas positivas", puntualiza Cheren. "Por supuesto que tenía un problema con las drogas, mucha gente lo tiene, pero era un genio y la gente debería recordarlo como eso, un adelantado a su tiempo."

Depino añade: "Era un mocoso, pero la gente le adoraba, Le querían porque estaba un poco colgado y era un genio. Y flipaban con el Garage, claro. Hace poco escuché a una madre contándole a su hijo lo que era el Garage. El niño iba con una camiseta del Garage y gritaba "¡mi madre solía ir al Garage, mi madre iba al Garage!" En fin. Lo echo de menos y le echo de menos. Era esa sensación de que andábamos por encima del arco iris. Todos los sábados noche."


Larry Levan y el Paradise Garage en boca de los DJs

Danny Tenaglia. "Nunca va a haber un club que se le acerque porque, para todos los implicados, era era la pasión de su vida. Desde Larry hasta el que llevaba la seguridad. El equipo de sonido lo llevaba gente muy profesional. Se revisaba semanalmente, cada altavoz, que podía ser movido en caso de necesidad, a veces varias veces en un mes. Tengo grandes recuerdos de ese sitio, ha ejercido una gran influencia en mí y en mi carrera."

David Depino. "Era un salvaje. Nadie podía pararle. Eso y la falta de normas en el Garage. Era su casa y no le hizo falta escuchar a nadie. La libertad de la que gozaba y lo bien atado que lo tenía todo hacían que algunas veces que 2000 personas bailaran como una sola. Él los hacía sentir como si estuvieran en una house party. Eso no se lo he visto hacer a nadie nunca más. Jamás."

Frankie Knuckles. "Cuando pienso en ello alucino. Las cosas podían haber sido muy diferentes. Justo antes de entrar en el Warehouse, esa gente de Chicago estaba intentando convencer a Larry de que fuera. Nunca tuvo la intención de dejar NY, se acababa de mover al Soho. De todas formas siempre se sintió un newyorker de corazón. Después de que él renunciara me llamaron a mí."

Harvey. "De alguna forma vivió su vida siendo Larry Levan, ¿entiendes? Vivió hasta llegar a ser una leyenda. Iba a tope en la música, las drogas, pinchando o lo que fuera. Era todo un apasionado. Fue bueno para él que tomara el control del sonido ya que no es que fuera el mejor empalmando dos discos, pero, eso sí, esos discos siempre iban en el orden adecuado. También era muy impresionante la forma en que movía los potenciómetros de la mesa para acentuar algunas partes de las canciones o las vocales. Trabajaba los discos usando el volumen, los bajos, los medios y los agudos. Era todo un maestro en eso."

Joe Claussell. "Cuando empezó a pinchar se convirtió en un mago a pesar de que no creo que muchos DJ's de ahora entiendan su filosofía. Todos están muy pendientes de hacer mezclas bonitas y todo eso, vigilando mucho que todo esté cuadrado y al beat, pero no tienen ni idea de cómo presentar la música delante de su público. Él era el único que les podría enseñar. Era el mejor. El hombre de los platos. Como el Miles Davis de la trompeta, el Jimi Hendrix de la guitarra o el John Coltrane del saxo."

Artículo escrito por Kevin Lewis y publicado en Jockey Slut en enero de 1998. Traducción: David G. Balasch.


22 jul 2013

Valencia en los 80: entrevista con Fran Lenaers.


"Hola. Soy Fran Lenaers. Nací en Valencia hace 52 años. De pequeño viajaba bastante a menudo a Bélgica, mi padre y mis abuelos nacieron allí. Mi abuela, además de muy flamenca, hablaba 8 idiomas. Todos mis amigos de pequeño eran belgas y holandeses, imagino que eso influyó en mi infancia. Empecé a pinchar unos años antes de recalar en Spook en bares y pequeñas discotecas de amigos. Algunos de esos amigos pinchaban en Ibiza. No aterricé en Spook hasta las navidades de 1983-1984, fue gracias a uno de los dueños, que acababa de llegar de Londres... A partir de las 6 horas de sesión es cuando empezaba a funcionar bien, aunque la plenitud y la inspiración llegaban a partir de las 10 horas... Muchos grupos me mandaban sus demos o maquetas, por ejemplo Front 242: durante dos años pinché sus pre-masters. Me enviaban sus probaturas en forma de testpressings o cintas para que las pinchara... Spook estaba siempre lleno, era lo máximo a lo que un dj podía aspirar: en el 84-85 teníamos gente de París, Milan, Madrid, Londres, etc. La gente que venía de fuera alucinaba, no había discoteca en el mundo en la que sonara esa música."

No es extraño escuchar como algunos le siguen llamando "el Larry Levan español." Fran Lenaers es probablemente una de las piedras angulares de lo que se llamó el 'sonido de Valencia', junto a 'la ruta del bakalao', términos de connotaciones demasiado desvirtuadas por los medios de comunicación a partir de la segunda mitad de los 90. Pronunciar esas dos frases significa a veces recibir críticas. A mí me han puesto a parir por defender eso en corrillos culturetas. Es tal el desprestigio que es mejor no hablar del tema. Si bien es cierto que la ruta acabó autodestruyéndose, tuvo durante unos años -la gran mayoría coincide que la época dorada englobó los 5 años que van del 84 al 89- una validez innegable. Dejando aparte temas musicales, hay un fenómeno sociológico detrás que sigue fascinando a día de hoy.

Lenaers, ya desde su cabina en la mítica Spook o con sus producciones al frente de Megabeat o Interfront, puso su grano de arena para que floreciera una escena, igual de válida que el rock bailable de Manchester aunque nadie se atreva a decirlo en público por miedo a ser linchado. De hecho, fue el mismo Tony Wilson el que dijo aquello de "sólo en ciudades tan peculiares como Manchester o Valencia es donde este tipo de cosas podían ocurrir." Pero empecemos por el principio.

A finales de los años 70, y auspiciada por la llegada de la "democracia" (sí, entre comillas), los jóvenes españoles viven su particular liberación creativa y emocional. La moda, el diseño y la música nacional y de importación florecen en ciudades como Madrid, Barcelona, Ibiza o Valencia. Nace la movida madrileña al mismo tiempo que la valenciana. En otro ejemplo de centralismo, Valencia es injustamente tratada por los medios de comunicación, que le dan la espalda y se centran en lo que ocurre en la capital.

No olvidemos que de la Comunidad Valenciana salen grupos como Comité Cisne, Glamour, La Morgue, Seguridad Social, Interterror o Betty Troupe entre otros. Valencia recibe, asimila e interpreta todos los inputs a su manera. Vacíos legales en un recién implantado estado de transición gubernamental, con un montón de leyes laxas o directamente inexistentes, permiten a muchos empresarios sacar tajada en el uso de los horarios de sus discotecas, pubs y bares. El punto álgido del desmadre llegaría en 1991, cuando la discoteca N.O.D montó una fiesta en su parking de 24 horas non-stop; poco después, Barraca doblaría la apuesta abriendo 48 horas consecutivas en la que a día de hoy sigue siendo considerada la fiesta más larga jamás hecha. Al igual que en otros contextos musicales de la época y en mitad de ese particular espacio vital, la entrada de las drogas de diseño desde Ibiza y Holanda siembran la sensación de euforia y libertad entre la juventud española. Los primeros visos de espontaneidad nacen en Barraca (Sueca, al sur de Valencia) en 1982, donde los pinchadiscos se desmarcan de la tónica general y huyen de los caminos marcados por otras discotecas rendidas al funky. Ropajes negros, música gótica, pelos crepados, crucifijos y oscuro rímel pueblan cada noche la pista de Barraca, que además dota su escenario con performances teatrales y conciertos de forma regular. Aparecen los primeros flyers y por supuesto un importante número de fanzines.

Durante 1984 y debido a un requerimiento del ayuntamiento local, Barraca echa el cierre durante dos semanas. La gente se desplaza hacia Spook Factory, donde un veinteañero Fran Lenaers acaba de tomar el testigo a otro DJ local. La discoteca se convertirá en un tiempo récord en un sitio de culto. Apartada del resto, Spook (ubicada en Pinedo) será, junto a Amnesia (Ibiza), la primera en programar una sesión after-hours. Su espíritu, decoración y luz interior son claramente transgresoras. El logo, un murciélago con las alas abiertas de par en par, diseñado por el entonces en-boca-de-todos Valentín Herraiz, evoca la nocturnidad, lo gótico, lo oscuro. Sería los viernes cuando se empezaría a cerrar a las 4 para volver a abrir a las 6 con la salida del sol. Spook se convirtió en un abrir y cerrar de ojos en "the place to be". Tras un tiempo queriendo contactar con Fran Lenaers, siempre sin fortuna, consigo hacerlo una mañana de principios de julio. Lenaers se dedica ahora a montar equipos de sonido en bares y clubes. Tengo un montón de preguntas que hacerle.

Sé que de vez en cuando te sigue picando y sales a pinchar. ¿Qué ha cambiado desde ese lejano 1983 cuando empezaste?

Básicamente que ahora casi todo el mundo produce. Muchos de estos chicos pasan de producir a pinchar. Aunque no soy nadie para juzgar el trabajo de los demás, creo que hay muchas de esas producciones que no pasan el corte mínimo. Mira la diferencia: yo hacía sesiones de hasta 16 horas. Además tenía que controlar el panel de luces de la discoteca. Los viernes solía pinchar 12 horas: de 12 de la noche a 12 de la mañana. Me iba a descansar y otra vez a la carga. El sábado hacía entre 14 y 16 horas de sesión. Prefería hacerme las horas del tirón, no me gustaba que nadie interfiriera. Piensa que si sube alguien y pone 4 o 5 discos mal puestos te puede joder la sesión.

No era extraño durante esos años que muchos grupos de la llamada nueva ola o los new romantics pisaran por primera vez Valencia en sus visitas a España: Soft Cell, Bauhaus, Minimal Compact, Anne Clarke o Stone Roses fueron sólo algunos de ellos. La lista es inagotable. En el documental '72 horas y Valencia fue la ciudad' se relata que Chocolate programaba conciertos a las 7 de la mañana...

Sí. Entre las 6 y las 7 de la mañana. Cierto. Los extranjeros cuando venían aquí flipaban. Era todo muy extraño. Recuerdo una gira de Propaganda que salió en toda la prensa generalista. Tocaron en San Sebastian, Barcelona y Madrid. Los medios de comunicación no reseñaban nunca Valencia... claro que también era culpa de los promotores: Depeche Mode, Simple Minds, Nick Cave y grupos por el estilo venían con regularidad. Los promotores preferían hacer promo sólo en emisoras locales, dejando de lado las revistas, las radios y los periódicos nacionales. Luego hablabas con los grupos y te decían; "mira, yo toque dos veces en Barcelona, tres en Madrid y ¡ocho en Valencia!" Esa ciudad era nuestro talismán. Jim Kerr, por ejemplo, estuvo tres veranos enteros veraneando aquí. Se le veía mucho por las discotecas.

No era extraño ver a caras conocidas en Spook. Pedro Almodóvar, The Communards, Javier Bardem, Antonio Banderas, Tino Casal, Francis Montesinos, Carmen Maura, Miguel Bosé entre muchos otros se dejaban caer de vez en cuando por la sala. En algunos corrillos de la ciudad del Turia siguen circulando leyendas que relacionaban Valencia e Ibiza. Como aquella que decía que Shaun Ryder y Bez (Happy Mondays) iban a Ibiza para luego coger el Ferry dirección Valencia, donde, mescalinas en mano, se tiraban todo el fin de semana de fiesta. Aunque tenga pruebas (ver siguiente foto), le pregunto. Un amigo me contó que Bez y Shaun Ryder cogían el ferry desde Ibiza para pasar los fines de semana en Valencia.

Anécdotas de esas hay muchas. A los músicos les encantaba Valencia. Jonathan Richman, por ejemplo vivió 4 años aquí. Cuando se fue de la ciudad muchos promotores le seguían llamando. Venía por el vuelo, el alojamiento y una pequeña cantidad de dinero. Era un tío cojonudo. Aprendió español aquí.

Ramón Noguera y Shaun Ryder en El Saler, Valencia.
Una de las cosas que hicieron de la ruta del bakalao algo especial fue la selección musical. Mientras en todas partes empezaba a sonar house, italodisco, funk o new wave, vosotros tomasteis una dirección nueva, enganchando EBM, rock gótico y pop de una forma tan arriesgada como única. ¿Cómo y por qué crees que pasó eso y por qué pasó sólo en Valencia?

Había unas condiciones. La gente estaba muy interesada en la música. Antes de las discotecas habían pequeños pubs donde toda esa música estaba empezando a sonar. Cuando abrió Barraca intentaron que sonara ese tipo de música. También estaba el "Cala", el Calavera. Ponían una mezcla de jazz experimental, algo de fusión y cosas que salían de electrónica y el rock de vanguardia. También sonaba la Velvet, Lou Reed, etc. Te estoy hablando de finales de los 70.

¿Salías fuera de España a comprar discos?

Sí, pero verás, esto también ha cambiado sustancialmente. En esos años, las discotecas tenían todas su colección de discos en la cabina. Yo, cada vez que hacía un viaje al extranjero, compraba discos, pero eran compras que hacía para disfrute personal. Luego muchos de esos discos me los llevaba conmigo a la discoteca. Algunos que al principio me parecían impinchables luego te dabas cuenta que no lo eran. Me pasó muy a menudo lo de llevar un disco, dejarlo en la cabina y a los meses de repente venirte a la cabeza "esta melodía engancha con esa otra", cogías el disco, lo probabas y ¡zas! Funcionaba. Ten en cuenta que entonces el residente estaba toda la noche, te daba tiempo a probar de todo. A todo esto, en Valencia teníamos tiendas de discos buenísimas, con importaciones semanales de EEUU, Alemania o Inglaterra. Muchos de los discos que había en las tiendas no los conocían ni en sus países.
Fran Lenaers (camisa azul) en la tienda de discos Zic Zac

Sofisticado art-pop, electrificante EBM, pequeñas dosis de new beat belga, house en su mayoría europeo, after-punk, industrial y ráfagas de rock gótico. Esos fueron los principales ingredientes con los que Fran Lenaers empezó una de las leyendas más injustamente inexploradas de la escena musical española. Por la mañana, antes de terminar la sesión no era raro escuchar baladas de Al Stewart, U2, The Cars o Fleetwood Mac. Una de las cosas que más me llaman la atención de tu forma de pinchar es el atrevimiento con el que mezclabas. Metías un tema puramente electrónico y luego lo empalmabas con un tema muy pop con batería analógica real. Es muy difícil mezclar cuando los bombos no están cuantizados. ¿Cómo hacías para cuadrarlas?

Tengo que decirte una cosa en relación a esto. El 95% de mesas de mezclas que veo ahora no valen para nada. Son juguetes con efectos para adornar. No son buenas mesas. No empastan bien, por eso cortan tanto de graves. Yo lo que hacía era mantener siempre los bombos. La pegada de las cajas analógicas es impresionante. Además siempre pedía mesas que tuvieran balance. Abría los dos temas y los balanceaba según convenía, uno al 70%, el otro al 30% y así. Si un disco se te iba un poco lo único que pasaba era que generaba un delay, nada más. Si esa mezcla la haces en mono se genera un lío bastante grande. 

¿Había algún tipo de impregnación entre dj's y discotecas?

Barraca, que era más poppie, cerraba mucho más pronto que Chocolate y Chocolate, con música algo más radical (ponían hasta psychobilly) mucho más pronto que nosotros. En aquella época muchos de esos dj's venían a mis sesiones. Cuando algunos discos se descatalogaban lo que hacía era tapar la galleta en casa con cinta o celo para que nadie viera lo que ponía (risas).

Un clásico. Antes de hacerte esta entrevista estuve buscando sesiones tuyas por la red. Tras escuchar algunas llegué a una conclusión: conforme pasaron los años, subiste los BPM de los sets, algo que por otra parte, pasó en todas partes, incluso en los años 90. ¿Tienes alguna explicación racional a eso?

No estoy seguro que lo que hayas escuchado que pone es mío sea mío. Grababa muy pocas cosas.

Ya, hombre, pero quizá alguien lo grabó y lo subió. Yo tenía cintas de discotecas de Valencia a principios de los 90 y no las grabé yo...

Bueno, es posible, no sé. El caso es que no sé si eso fue así. Mis sesiones a primera hora no pasaban de 100 BPM, pero dependiendo de la hora de la noche podían llegar a 240. Sesiones largas, variaciones constantes. Ya sabes. ¡Eran muchas horas!




Lenaers causó un fuerte impacto con algunos trucos de cosecha propia, como pinchar dos discos iguales en dos platos distintos, estando uno de ellos medio segundo retrasado, con el único propósito de generar eco en la sala. Los golpes de efecto calaron y a día de hoy muchos dj's españoles se inspiran en ellos. También sé de primera mano que tuya fue la idea de mezclar el "Maximizing The Audience" de  Wim Mertens en plena noche. Tengo que reconocer que fue una idea rompedora y que no fueron pocos los que te copiaron. La primera vez que estuve en el Florida 135 se lo escuché hacer al residente, y eso era 1994. 9 años después, tu estilo seguía muy vivo.

Eso fue una simple apuesta. Un amigo que había vivido en Londres y en Ibiza muchos años, el cual además tenía un pub me puso el disco una tarde. Estamos hablando de 1985. Lo primero que me llamó la atención, más allá de la música, fue el apellido. Mi padre se llamaba Mertens de segundo también. Había muy pocos Mertens en el pueblo, así que creo que eran familiares seguro. En todas mis sesiones había un tramo en el cual siempre intentaba probar cosas. Metía mucha música africana. Total, que una noche lo puse. La reacción del público fue increíble. 

Llegados a este punto me gustaría darle relieve a un tema. Todos los arqueólogos de la dance music fijan como un momento clave el verano de 1987, cuando Paul Oakenfold viaja a Ibiza y se trae la energía de DJ Alfredo en las venas para, un año después, cambiar la música de baile para siempre con las primeras fiestas acid house en Londres. Habría que destacar que Fran Lenaers llevaba ya unos años haciendo ese tipo de mezclas radicales, sin perjuicios, eclécticas, donde muchos géneros musicales se dan la mano sin complejos en un mismo plano de tiempo. El único problema fue que Oakenfold eligió Ibiza en lugar de Valencia para veranear, sino estaríamos contando una historia bastante distinta. Insisto con el tema. Volviendo un poco al tema Ibiza, hay una cosa que quería preguntarte. Pasados todos estos años, Ibiza ha sabido sacar rendimiento a su leyenda y ha explotado de una forma descomunal mientras Valencia fue denigrando su leyenda hasta convertirse en una caricatura de lo que un día fue. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Bueno. Ten en cuenta que ellos sólo funcionaban en verano. Es una particularidad que en Valencia no podíamos permitirnos. Al abrir todos los fines de semana del año las cosas cambian mucho. Mira, cuando tú estabas en la ruta del bakalao (para un segundo, piensa) eso... eso fue un invento de no voy a decir quién. No te puedo decir el nombre. 

No te cortes, ¡puedes decirme el nombre!

Es una persona muy popular, está en las teles. Él nació para eso, para estar en todos los fregaos. El tema es que publicitó eso para que la gente fuera a su discoteca. Entonces mucha gente del arte, el diseño o la moda estaba dentro. Mariscal, por ejemplo: él nos hacía los carteles. También diseñó algún pub en Valencia (se refiere al Dúplex y más tarde el Triplex, dos bares de copas). Bueno, lo que te decía: el tema es que si lo publicitas a muerte al final acaba viniendo de todo. Al principio sólo gente de Barcelona y Madrid, pero cuando la bola se hizo grande empezaron a llegar algunos indeseables. Entonces les llamaban "mascachapas". Muchos dj's acabaron teniendo que poner música para ellos. Rendidos.


Parking lleno...

... parking vacío
Lo cierto es que en 1993, los medios de comunicación machacan a los espectadores a diario. El dueño de Spook, Bernardino Solís, tiene una frase que explica a la perfección el final: “la masificación del hedonismo valenciano, la persecución mediática, la presión que venía de todas partes... Al final era un reto llevar adelante la discoteca.” En el libro "En èxtasis" de Juan Manuel Oleaque, el mismo periodista comenta que uno de los motivos por los cuales todo se fue al garete fue porque muchos dj's empezaron a comprar música de importación italiana, más barata, en lugar de la que venía de Alemania, EEUU o Inglaterra. 

Esa música nunca había sonado en Valencia. Llegaron Los Gemelos a Puzzle, se pusieron a pinchar eso ellos solos. Repito: sólo ellos pinchaban eso. Los demás empezaron a copiarles cuando vieron como todo el mundo bailaba, especialmente las chicas. Buscaron lo fácil. Si haces lo fácil te expones a que te copien. Entonces empezaron a abrir otras discotecas, copiándoles. Dada la cantidad de gente que había en todas las discotecas, los dj's empezaron a pinchar música "que gustara a todos." Llegados los 90, todo el mundo ponía lo mismo. Incluso se repetían discos en las sesiones. ¡Eso en los 80 era un sacrilegio! Yo en una sesión de 14 horas podía repetir dos o tres discos, siempre en franjas horarias distintas. Aunque de todos los motivos quizá el que más repercutió fue los controles policiales. Había muchos accidentes, es normal que la policía acudiera.



Cambiemos de tema. Hábleme ahora de Megabeat. En sólo dos años y poco de carrera lanzaron un montón de discos para desaparecer del mapa.

No es que cada uno fuéramos por un lado. El problema es que llega un momento que hay que hacer un parón, descansar para no quemarte. También fue clave la llegada de la crisis de los 90, nos pilló por enmedio. Llega un momento en que El Corte Inglés tarda un año y medio para pagarnos, iba muy lento. De hecho, si cobramos fue gracias a la presión que nosotros mismos hacíamos. Un montón de gente nos metió mucha caña con facturas, etc...


¿Cuántas copias prensabais?

Del primero de Interfront vendimos 35.000. Calculo que de todos los Interfront venderíamos unos 50.000. 

Eso son bastantes discos...

Sí, tengo una anécdota al respecto:  ¿conoces el Rock De Lux, no?

Claro.

Ellos dejaron de sacar la listas de ventas en su revista por nosotros y por Kortatu. Kortatu vendían mucho. Creo recordar que llegaron a vender 100.000 copias algunos meses. No salían en ninguna lista por ser vascos. Había un veto.


¿Y a vosotros por qué no os querían sacar?

Porque nuestro caso era raro: la lista de ventas se cifraba con un número que le daba El Corte Inglés a las multinacionales. Ellos mandaban ese número cada vez que liquidaban, pero claro, como liquidaban cuando querían... De todas formas en todo momento sabía lo que estaba vendiendo.

Me acuerdo de uno que fabricamos 5000 copias. Ellos mandaban 1500 a radios, regalaban algunas a tenderos, algo de promo para dj's y colocaban otras en grandes superficies. Automáticamente anotaban que habían vendido 5000. Cuando regalas tantas copias a las radios para que las pongan al final la gente las compra. Era fácil (risas). 

Una cosa que que siempre me llamó la atención es que no hicierais nunca un remix. ¿No os lo planteasteis o nunca os surgió la oportunidad?

Nos ofrecieron alguno, ¿te acuerdas de Invisible Limits? La chica se puso en contacto con nosotros pidiéndonos un remix, pero justo se nos acababa de romper el magnetofón. Era verano, no pudimos arreglarlo a tiempo. Nos llamaron también de EMI para hacer cosas, pero no nos pusimos de acuerdo. Discutíamos con todo el mundo (risas).

Llevamos casi una hora de conversación telefónica y tengo la impresión de que tiene cuerda para rato. Cuando voy a despedirme escucho "oye, si te hace falta algo más no dudes en volver a llamarme."

11 jul 2013

Fad Gadget live at Hotel Suburbia (1983)


Frank Tovey será siempre recordado como uno de los grandes performers del pop de nuestros tiempos. Responsable de la segunda referencia de Mute Records tras Daniel Miller (The Normal), Tovey empezó a hacer música en su habitación con una grabadora Grundig, la cual modificó añadiendo un botón de borrar. Muchas de sus primeras producciones, entre ellas el celebérrimo 'Back To Nature', están hechas tal solo con esa grabadora, una caja de ritmos Korg y un piano eléctrico.

Radical en su forma de entender el arte, su método para llevar los conciertos al límite clavándose agujas en el torso, dando cabezazos a los teclados o colgándose de los sistemas de ventilación de la sala le granjearon una fama de personaje tortuoso; eso, unido a sus letras (sexualmente y violentamente explícitas en muchos casos), causaron un gran impacto durante la década de los 80. En estos vídeos, incluidos originalmente como extras en la caja Fad Gadget by Frank Tovey, se puede palpar su magnetismo escénico desde el primer instante. Son casi 16 minutos al límite, con su clásica afeitada/arrancada de pelos en vivo en 'Lady Shave' y un 'Back To Nature' al final con el escenario ya invadido.

Si os habéis quedado con ganas de más, en Youtube podéis ver prácticamente entero su concierto en el Hacienda.





7 jul 2013

Frankie Knuckles en Sound Factory, 1991


Pregunta: Best “moment in time,” in a club you have ever played at?
Respuesta: Easy, The Sound Factory, in the Summer of 1991.

Estas dos fotos son de esa sesión.